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EDITORIAL
PAZ… PAZ ¿DÓNDE ESTÁS?
Somos muchos educadores populares en México que intentamos promover la paz en nuestro país, y nos preguntamos ¿cómo podemos construir una cultura de paz de manera general y contundente? Esta pregunta la hacemos siempre, y en Día de la Paz a celebrarse el 21 de septiembre.
Si analizamos lo que implica la paz veremos que no es la ausencia de guerra o de conflicto, muchas veces para construirla debemos gritar ¡ya basta!, y no solo gritar sino realizar acciones concretas, como ejemplo está la lucha magisterial, que ha tenido que tomar las calles para que los legisladores aprendan a escuchar, y no solo aprueben leyes como la reforma educativa que se acaba de aprobar sin tomar en cuenta lo que tienen que decir las y los maestros; reforma que no contempla un nuevo modelo educativo, ni mejores escuelas para las y los estudiantes, es una reforma que viola los derechos laborales de las y los maestros. Legislar por el bien del pueblo y no poniendo el capital por encima de los intereses nacionales, no es una práctica que se esté desarrollando en el congreso mexicano, como ejemplo tenemos la reforma energética que está a punto de ser aprobada, y la reforma fiscal que pretende imponer el IVA a alimentos y medicinas.
Muchas veces se requiere de la movilización y de acciones contundentes para decir ¡ya basta!, para poder vivir en paz.
Construir la paz es algo muy complejo y requiere de una visión y acción multidimensional, la educación popular aquí tiene un papel primordial ya que se requiere, tanto de acciones inmediatas como de largo plazo y en muy diversos campos.
La paz debe construirse desde lo personal, lo comunitario, lo institucional y estructural y todos estos niveles se deben articular y complementar entre sí, acompañar estos procesos en nuestros territorios es una tarea que como educadores populares no debemos olvidar.
Ante la multidimensionalidad de las violencias está claro que los esfuerzos deben insertarse en un esfuerzo concertado que cambie aspectos básicos de nuestra forma de vivir y que por lo tanto, deberá complementarse con nuevas actitudes ante la vida, sin olvidar el incidir en políticas públicas de Educación, salud, trabajo, desarrollo económico, desarrollo urbano, cuidado del medio ambiente, equidad, el respeto y defensa del territorio, entre otras, para lograr abatir las violencias que nos aquejan.
Las violencias deben verse bajo una óptica de que son fruto de una enfermedad social, las cuales hay que superar bajo criterios de salud pública. La paz es fruto de la justicia, de la cohesión social, de la reducción de desigualdades y de valores compartidos.
Las instituciones mexicanas tienden a mantener formas de relación basadas en verticalidad y sumisión o en resistencia y desafío. Los diversos niveles de gobierno no tienden a la colaboración en la resolución de problemas, pero si al protagonismo.(AS)
La cultura de la violencias -legítimas o ilegítimas- como únicas formas de resolución de conflictos se han priorizado, frente a procesos reflexivos y de diálogo. La exaltación de las formas del crimen o de la imagen de los guerreros de estado requiere que se propongan a la sociedad las figuras de constructores de paz, de mediadores, de nuevas formas de ser mujeres y de ser hombres.
Es por esto que necesitamos el fortalecimiento de los equipo de trabajo y de nuestras redes que nos invitan a una vida dentro del marco del Buen vivir, los equipos de economía solidaria, de interculturalidad, de género, de juventud, de incidencia en la educación, de sistematización y las redes de educación para la paz y derechos humanos, de poder local, y todos aquellos esfuerzos que desde nuestras trincheras como CEAAL impulsemos, son en este momento, básicas para la construcción de paz, …. Paz donde haya justicia, democracia y equidad.
Por Celina Valadez, Dinamismo Juvenil. Colectivo mexicano.
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